Hoy existe un concurso de microrrelatos literario en Medellín, llamado Medellín en 100 palabras. Sin embargo, en la primera década del año 2000 y creo que, en los primeros años de la segunda década, tuvo su equivalente, aquel concurso se denominó Un cuento para tu ciudad en 100 palabras y era auspiciado por el Metro de Medellín. Para la edición del año 2009 logré un que uno de mis cuentos fuera finalista. Aquí va el microrrelato:
Amigos de bronce
Es sábado por la tarde en Plaza Botero: novios abrazados, familias que ríen junto a las esculturas y las cámaras, alcahuetas de su felicidad.
-¿Dónde le tomo la foto hoy, don Orlando?
-En el Guerrero, la semana pasada fue en el Caballo.
Se acomoda. Calza su mejor sonrisa, pero ella lo delata, amarga. Rígido posa su mano derecha en el muslo del guerrero. Dispara y listo.
El fotógrafo agita en su mano derecha el producto de la Polaroid. Orlando lo recibe, mira y entonces su boca es un hilo. Paga y se despide. Encorvado atraviesa de nuevo la atestada plaza.
(2009)
Un relato de retrospección y de "introspección" que evoca uno de los oficios en peligro de extinción debido a la transformación digital y la promesa de que con "el recuadro de la mano extendida" todos podemos ser fotógrafos, escritores y reproteros. Los trazos que defienen al personaje son mínimos, pero logran transmitir la soledad del hombre en medio de la multitud. Muy preciso el uso del verbo "disparar" en sus múltiples acepciones.