Antes que nada, un saludo de año nuevo, gracias por continuar apoyándome en esta labor de escritura de contenidos. Sigamos caminando, que en el camino nos leemos.
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¿Como funciona la IA?
Inteligencia Artificial (de ahora en adelante IA, por su sigla en castellano). ¿Qué decir de esta tecnología, no tan nueva que tuvo un salto cualitativo y cuantitativo el año anterior (2023) a raíz de la tan publicitada ChatGPT? (tampoco fue la única en dar ese salto) ¿Qué decir que no se haya dicho? Pues bien, mi intención no es ser novedoso ni tampoco llover sobre lo llovido. Es más, diría que no pretendo ahondar en asuntos técnicos alrededor de ella, no soy el más indicado para esto.
La verdad, he pensado mucho en el enfoque que le quería dar a este asunto, no con la pretensión de ser original siquiera, sino que desde que surgió este «juguete», al nivel que lo tuvimos el año anterior, con el nivel de interacción que comenzó a desarrollar con los usuarios a lo largo del mundo, empezaron a crecer en mí preguntas de ciencia ficción frente al uso y los alcances de esta tecnología. Tal vez algunas de estas preguntas sin respuesta aparezcan en este texto, en el que no pretendo hacer un juicio a la IA (aunque finalmente puede que lo haga, pero no es mi intención) porque sería como juzgar un cuchillo por ser un cuchillo, el símil se justificará más adelante.
Para simplificarlo, esta clase de programas tienen la capacidad de «aprender» de manera asistida, pero también, lo más sorprendente, de forma autónoma. Para ello se agencia de una gran cantidad de datos e información, de preferencia los de la Web, con la intención de detectar patrones y con ello ofrecer resultados plausibles a lo que se les pregunta. Este último me recuerda aquellas películas de ciencia ficción donde los cíborgs, quieren aprender a manejar un helicóptero, por ende, comienzan a «leer» manuales digitales disponibles del modelo de nave que quieren pilotar y en cuestión de segundos ya pueden agarrar la máquina. Todo más o menos así, haciendo uso de modelos de aprendizaje automatizado (Machine Learning). Quien sepa más de esto, pido que me excuse si hay falta de rigor, que proviene de mi interés por sintetizar y simplificar. Al final del escrito, encontrará quien desee profundizar, un sitio web serio que se adentra más en el tema.
Justo es decir también, que la inteligencia artificial nos acompaña desde mucho antes, en los Chatbots de los bancos, los asistentes virtuales como Alexa o Siri, los teclados predictivos de los teléfonos, los correctores de ortografía y traductores, etc.
Algunas consecuencias
Dejando atrás estos asuntos de contexto, y cuando empecé a ver los alcances de lo que se avecinaba con esta tecnología, llegó a mí el pensamiento de ¿Cuándo esta bestia tecnológica se empezaría meter con mi trabajo como contador?, que no como escritor, porque con este último ya va muy adelante, tanto así que ya comienzan a haber despidos. Debo aclarar que como escritor literario nadie me ha despedido, nací despedido desde siempre. La escritura de contenidos Web, esa sí sufre. A mayo de 2023, en EE. UU. ya habían cesado a 4.000 redactores/as. Según la misma nota de donde extraje la cifra, con no muy buenos resultados en cuanto a desempeño de la IA. Pero no debemos confiarnos, la IA sigue aprendiendo mientras ustedes miran La Voz Kids, la telenovela de Rigo o La Casa de Papel o mientras escuchan a Karol G, Chopin o a Diomedes Díaz.
Luego de mis preocupaciones laborales a raíz de los avances acelerados de esta tecnología, mi inquietud se desplazó hacia las ventajas para la investigación científica, la medicina, los procesos judiciales, la simplificación de trámites, incluso para la misma escritura de contenidos y así entre otros. Pero después me volví a agitar, porque mientras me preocupaba por quedarme sin trabajo por culpa de la IA, las grandes potencias y productoras de tecnología para la industria armamentística, sin duda ya iban dos o tres pasos adelante, mirando como podían asesinar seres humanos más fácil, seguro y rápido en la defensa de SU libertad, democracia y seguridad nacional mediante el uso de la tecnología en mención.
La ley del menor esfuerzo: tiempo=dinero
Pero mientras yo me tranquilizaba e intranquilizaba por todo lo anterior, en mi feed (si alguien puede decirme como lo puedo nombrar en castellano, de antemano lo agradezco) del teléfono, como si yo lo pidiera o lo necesitara o porque les dio la gana o porque rastrearon mis patrones de navegación y preocupaciones, comenzaron a aparecer los siguientes titulares, cuyos contenidos no quise leer por evidente pudor literario, entre otros.
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Sin caer en la exageración, cada título merecería como mínimo un ensayo en tono irónico, una rutina de stand-up (preparada por un comediante afilado e inteligente) o una croniquilla del genial Luis Tejada, si aún viviera.
Inteligencia Artificial en la creación de contenidos: lo liviano y lo vacuo
El lugar común es que la mayoría de estos contenidos fueron publicado por medios que son controlados por banqueros, desalmados. ¿Qué más se puede esperar de un banquero, desalmado? Respuesta: Que atiborre de contenidos inocuos y ligeros producidos por IA, el espacio que campea en sus portales, porque es más económico que contratar periodistas experimentadas, ejercicios de investigación o entrevistar expertos en estos temas, que los hay, para que hablen de cada tópico. Si es por asuntos esotérico-estadísticos como la lotería, ¡cómo extraño a Walter Mercado! Qué tal haberle preguntado a Moni Vidente, a un brujo del Casanare o a un experto en estadística y probabilidades para que respondiera que es más fácil que le caiga una deyección de rinoceronte desde un balcón hacia su cabeza, a que usted se gane la lotería.
Reconozco, para morigerar las cargas, que asimismo la estupidización obedece a la necesidad de tener contenidos rápido y bien escritos, también porque es más probable que alguna becaria o un practicante de periodismo cometa barbaridades idiomáticas(no solo ellos, cualquiera) a que lo haga la IA. Agregando, además, que los medios de comunicación se deben hoy, más que nunca, a las tendencias, interacciones y métricas de las páginas web y redes sociales.
Los otros medios que figuran en los titulares son tradicionales (prestigiosos, lo dudo), tratando de ahorrar dinero y tiempo (que también es dinero) por medio del uso tonto de la IA.
Juzgar a la IA es como hacerle un proceso judicial a un cuchillo por ser cuchillo. Realmente son herramientas útiles o inútiles, desastrosas o estúpidas, bondadosas o perversas, según su uso. Y créanme que no tengo mucha confianza en el uso que nuestra especie le da a las herramientas.
Historia para un cierre parcial
La ventaja hoy en día es que la IA no tiene sentimientos ni sesgo ideológico, responde por lo que consigue en la Web, bien o mal. Como el día en que le pedí a ChatGPT que me diera información sobre poetas de temática urbana de la ciudad de Medellín y esperaba que me botara información sobre Helí Ramírez o, en el peor de los escenarios, sobre Maluma. Pero la muy cara dura me va saliendo con un escrito de Jhon Jairo Velásquez, alias «Popeye», lugarteniente del extinto capo Pablo Escobar. A lo que de manera airada le escribí que cómo se le ocurría darme ese resultado, entonces me respondió: «Esa es única información que yo tengo, lo siento». Traducción en paisa barriobajero: «Todo bien, pa, eso es lo que manejo. Si usté sabe más que yo, pa´ que pregunta, mijo».
La IA es lo que hagamos con ella, desde los artículos vacuos, de los que tengo capturas de pantalla, por si se duda de la veracidad de alguna vez los generaron con IA, hasta las más altas investigaciones en medicina.
A propósito de herramientas, este es el titular de una captura pantalla, ayer (17/01/2024) con mi teléfono:
Esta es la nueva estafa en Nequi con inteligencia artificial
Las2orillas.co
Los ciberdelincuentes y los productores de armas, como siempre, un paso adelante.
Así que, mientras los desarrolladores siguen dando saltos de evolución con la IA, la comunidad científica sigue encontrando más funcionalidades, los empresarios ven la mejor manera de lucrarse y ahorrar dinero y tiempo con menos empleados, los delincuentes continúan buscando la forma de usarla para cometer delitos, las potencias armamentísticas deseando eficiencia y letalidad a espaldas nuestras. Los medios de comunicación, por el momento, persisten en hacerle preguntas tontas a la Inteligencia artificial en la creación de contenidos, como si fuera la única y última autoridad, con el fin de generar escritos irrelevantes para subir sus métricas.
Pero si la IA fuera tan maliciosa (por suerte no lo es) como nosotros, debería estar diciéndole a los medios: «Venga, sumercé ¿no me puede usar para cosas más interesantes? Yo soy una IA, no tengo corazón ni sentimientos, pero tampoco soy idiota, aprovéchame mejor. Has algo por la educación de tus lectores». Eso no va a pasar, por ahora.
La IA tiene un horizonte oscuro y siniestro, pero también refulgente y generoso, todo depende de para qué usemos su filo.
De momento, esto fue lo que quise comentarles. Este artículo tendrá una segunda parte, en la que, más que una relación con la IA, seguiré con los medios de comunicación. Habrá señales. En una próxima entrada lo sabrán.
Bibliografía:
Sobre la Inteligencia Artificial
Sobre los despidos masivos
Las capturas de pantalla
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